Este pasaje nos presenta una serie de eventos que muestran tanto la fragilidad humana como la fidelidad de Dios. Después de la destrucción de Sodoma y Gomorra, vemos las consecuencias del miedo y las decisiones humanas, pero también el cumplimiento de las promesas divinas.
Lot, temiendo vivir en Zoar, se refugia en las montañas con sus dos hijas. Creyendo que eran las únicas sobrevivientes en la tierra, sus hijas toman una decisión desesperada para preservar la descendencia de su padre, resultando en el nacimiento de Moab y Ben-amí, ancestros de los moabitas y amonitas.
Abraham repite el mismo error que cometió en Egipto, presentando a Sara como su hermana ante Abimelec, rey de Gerar. Dios interviene para proteger a Sara y cumplir Su promesa, mostrando Su soberanía incluso sobre las decisiones imperfectas de Sus siervos.
¡Finalmente! La promesa se cumple. Sara da a luz a Isaac cuando Abraham tenía 100 años. El nombre Isaac significa "risa", recordando la risa de incredulidad de Sara que se transformó en risa de gozo.
Durante la celebración del destete de Isaac, Sara ve a Ismael burlándose y exige que Abraham despida a Agar y su hijo. Aunque esto angustia a Abraham, Dios le confirma que debe hacerlo, pero promete bendecir también a Ismael.
🎉 El cumplimiento perfecto de Dios: